Rescato este
texto que no publiqué el 7 de julio de 2011. Me parece increíble que casi
12 años después, los desafíos ambientales de la ciudad se mantienen, al igual
que el mismo partido se mantuvo por ese mismo periodo. Me gustaría contarle a
la Malú de 26 años del 2011 que pasarán más de una década
antes de ver una nueva tendencia en
la autoridad ambiental local. El nuevo alcalde, de una tendencia política
diferente a la lista 6, Aquiles Álvarez hereda una ciudad abandonada por décadas
en materia de gestión ambiental. Hablar de lo que se viene será motivo de otro texto.
Por ahora me parece valioso ver el análisis de aquella época.
De por qué el desorden en Guayaquil, en su sociedad, economía, política y urbanismo provoca tanto calor y malestar
Es fácil sacarse la responsabilidad. Decir que el
calentamiento global es culpa de los gringos por no firmar el acuerdo de Kioto.
O de los chinos, por ser millones e industrializados.
Nosotros en nuestro pueblito no debemos
preocuparnos, si al fin y al cabo somos un lunar pequeño en este mundo tan
grande.
Pero, ¿por qué quedarnos fríos? aunque realmente no
estamos fríos sino recontra acalorados, porque resulta que en Guayaquil como
que hace más calor. Si eres guayaco o vives en el puerto aunque naciste en otro
lado, es importante estar consciente de algunas cifras que detallo a
continuación:
Hace más calor. Es un hecho. Según la última comunicación Nacional sobre Cambio
Climático de 2010 y de acuerdo al INAMHI, entre 1960 a 2006 hubo un incremento
de 0.8°C en la temperatura media anual. Este dato es preocupante porque en 46
años, la tendencia no es que se mantiene o disminuye, sino que aumenta. Todas
las implicaciones las ampliaré en otro post, pero en resumen, el aumento de
calor afecta tanto a humanos como a animales. Especialmente en la salud.
Sí, hace más calor porque la ciudad crece: no solo
se industrializa, sino que recibe en su suelo a miles de migrantes que
abandonan el campo y se hacinan en los cordones de pobreza periféricos, sin
acceso a servicios púbicos calidad. Ni hablar del impacto ecológico que esto implica,
por ejemplo con la quema de miles de hectáreas de bosque seco solo en la zona
de Flor de Bastión (entre la Perimetral y atrás de la vía a la Costa) y Monte Sinaí,
entre otros.
Todo, cortesía de las mafias que trafican con
tierras, entre partidos políticos tradicionales, autoridades solapadoras y uno
que otro padrino criollo.
El crecimiento de la ciudad, por otro lado, motiva
el aumento del parque automotor, no solo de las clases medias y altas, sino
también del transporte urbano (este último bien manejado y con ordenamiento
podría contribuir a mejorar la calidad ambiental de las urbes). ¿Por qué nos
debe preocupar eso? Porque resulta que el 60% de la contaminación de la ciudad
proviene de la combustión que generan las toneladas de gasolina que consumen
los carros en Guayaquil. (según Estudio de Contaminación Industrial y de otras
fuentes realizado en 1998 por la consultora Espey Houston para el Municipio de
Guayaquil).
Tampoco olvidemos el tratamiento que se le da a las 2500 toneladas de basura que a diario genera la zona urbana de Guayaquil. En el botadero Las Iguanas, hay algunos problemas en el tratamiento de desechos sólidos: la ausencia de clasificación de desechos, política de reciclaje y falta de control de los desechos hospitalarios son la tarea pendiente de Puerto Limpio. Pero más que nada del Municipio de Guayaquil por no establecer bases más estrictas en el concurso para el concesionario que manejará la basura de la ciudad más poblada los próximos 6 años.
En todo caso, las cifras están ahí y es hora de empoderarnos y empezar a
participar más activamente en el plano ecológico de nuestra ciudad. Esto,
exigiendo a nuestras autoridades un mayor compromiso con el cuidado de la
ciudad para nosotros. Mayor control de calida dambiental en la indsutria; auditorías a Interagua y Ecapag por el manejo de aguas lluvias y aguas servidas en barrios aledaños al estero salado; recuperación de parques en los barrios y siembra de árboles nativos en bordillos y veredas de la ciudad, para climatizar las calles (sin árboles, la sensación térmica puede aumentar hasta en 5 grados centígrados sin árboles que den sombra).
Son ideas para empezar.